La banda canaria Sex Sodio Sullivan regresa con su cuarto álbum de estudio, La vida es un videojuego, una propuesta que marca un giro hacia un sonido pop/rock con influencias noventeras. Este trabajo refleja la evolución natural de la banda, con una producción más orgánica y la inclusión de instrumentos acústicos como chelo, guitarras acústicas, mandolina, trompeta y saxo, sin perder su esencia alternativa.
Una nueva dirección sonora
El disco ha sido producido por Manuel Cabezalí y Manuel Hernández, quienes han destacado la riqueza melódica del álbum y el proceso de grabación espontáneo y experimental. Grabado en 2024 en El Lado Izquierdo (Madrid) con Dany Richter y en el estudio de Cabezalí, La vida es un videojuego ha logrado un sonido auténtico y vibrante que marca un nuevo rumbo para la banda.
Un viaje sonoro con identidad propia
Cada tema de La vida es un videojuego refleja diferentes etapas de la vida, con una combinación de crítica social e introspección. El álbum aborda la lucha por encontrar la identidad en un mundo saturado de estímulos, rechazando la perfección en favor de la autenticidad.
La grabación contó con la participación de varios músicos invitados, lo que enriqueció la sonoridad del proyecto, haciendo que el álbum sonara más expansivo y orgánico.
Primeros adelantos del álbum
El primer sencillo, Lo irrepetible se repite, lanzado el 7 de noviembre de 2024, mostró un sonido fresco y directo que captó la atención de los fans. El segundo single, Hay un monstruo bajo tu cama, lanzado el 16 de enero de 2025, consolidó esta nueva dirección sonora y reafirmó a Sex Sodio Sullivan como una de las bandas más interesantes de la escena alternativa actual.
Una experiencia inmersiva única
La banda llevó a cabo una experiencia inédita grabando un concierto completo antes del lanzamiento del álbum. La vida es un videojuego fue presentado en su totalidad en un evento privado en la Sala Drago, un espacio íntimo que permitió capturar la esencia de la banda de una manera especial. A diferencia de las Live Sessions anteriores, esta grabación ofreció la cercanía y la conexión auténtica entre la banda y el público presente.
El proceso de mezcla fue supervisado por Fernando Monedero, quien aseguró que cada detalle sonoro fuera capturado con fidelidad, mientras que Marco Sanz se encargó de la grabación visual. El resultado es una experiencia inmersiva única, que permite a los fans sumergirse en La vida es un videojuego tal como nació: en vivo, auténtico y sin artificios.