¡Por fin! Llegó el 2022, y con él la perspectiva de grabar su cuarto LP, pero The Bongo Hop (alias Etienne Sevet, trompetista, compositor y trotamundos francés, hijo adoptivo de Cali) tiene noticias para nosotros hoy.
Se trata de La ñapa, un mini álbum de 8 temas con el cual retoma, a través de remixes hecho a mano, canciones inéditas y otras recién grabadas, el travelogue musical de su serie Satingarona.
Con tan solo dos álbumes y cinco años de existencia, se puede decir que The Bongo Hop ya se ha hecho una reputación en las llamadas músicas del mundo: el éxito de canciones como Tite Jeanne, Sonora, Agua Fría, Ventana se ha visto acompañado por más de 120 conciertos en 7 países, desde el Womad Canarias y el Say it Loud de Barcelona, al Barbican Centre y el Tropical Pressure en Inglaterra, pasando por el Nancy Jazz Pulsations y Tempo Latino en Francia, el Ariano Folk Festival de Italia, el Lent Festival de Maribor de Eslovenia etc.
Desprendiéndose con este prisma de la cultura club/dj, a través del cual interpreta el lenguaje musical afro caribeño y jazz, TBH tenía claro desde sus inicios que un proyecto mezclando nuevo material con remixes era una etapa necesaria.
De ahí el sentimiento que, más que de mirar atrás hacia lo que se ha hecho, se trata de reinterpretación, de iteración.
Por un lado, The Bongo Hop demuestra como su sonido mantiene en una constante evolución, y por el otro, nos deleita con unos remixes rompenucas sorprendentes
En la parte de los remixes la versión psyco tropical de Clouds, a mano de Futuropelo (ex Sporto Kantes) alterna con un bombazo dancefloor que recuerda la epoca dorada del disco nigeriano 70ero, cuando Lagos cogió la fiebre del sábado (Ventana por Voilaaa).
Sigue un banger distópico que nos ofrece Dowdelin, figuras de la vanguardia afro futurista, a través del remix de Grenn Pwonmennen, cuya creolidad estaría mutando en el transcurso de un viaje de Port au Prince a Detroit.
Mucho más que remixes «a lo chispum», hemos aquí nuevas versiones que revelan nuevas facetas y traen una sensación de estar viajando en tiempo y espacio.
Lo mismo podría decirse del batazo latín hip hop que entregan los daneses de Dafuniks, con el mc nigeriano Kuku agamí, en un estilo de rap latino salido de las calles de L.A, algo parecido a Jurassic 5 u Ozomatli.
Claramente se trata de una nueva canción hecha a partir de los samples de El Terrón, más que de un remix. Y el homenaje al renombrado barrio Caleño coge un nuevo sentido, más universal aún.
Las sorpresas siguen, cuando aparece la cantante argelina Souad Asla, una de las sensaciones del WOMEX 2019 con su ensamble femenino Lemma y Sahariennes.
La génesis de esta canción que ostenta cierta distancia con el estilo afro caribeño de TBH, tiene que ver tanto con memorias, que, con el ADN del trompetista, capaz de relacionar el dub jamaiquino más profundo con el ambient y la música gnawa, de la manera más natural.
«Sucede que hice un viaje a Argelia con mi familia cuando era niño, en el 1987, y me acuerdo bastante de este viaje.” Nos dice TBH “Desde el barrio de Kouba en Argel hasta Ghardaïa, pasando por Biskra, El Oued… hoteles medio abandonados, arena, Coca-Cola de contrabando, dunas, bazar, paredes de arcilla, burros, dátiles, buñuelos envueltos en papel periódico, calor apocalíptico, puertas del desierto…todo esto lo viví, mientras en esa época leía las aventuras en comics de Keubla y Kebra de donde saco mi nombre de artista. ¡Y hasta los edificios se parecía! Fue algo grato pensar en esto, cuando escuchaba la voz de Souad, que precisamente viene del lugar de estos recuerdos».
Souad por su parte nos cuenta: «Esta canción muestra parte de mi intimidad, que surgió de manera inesperada» Y agrega: «Yo la he pasado mal últimamente con la muerte de varias personas que no he podido ver antes de su muerte por el covid. Etienne me había dado indicaciones de repertorio gnawa para corresponder con su composición e instrumentación, pero finalmente lo que me surgió cuando venía fue algo más íntimo, estas palabras, «nada es eterno». Fue una experiencia muy fuerte, recuerdo que en algún momento salí de la cabina llorando. Y finalmente estoy contenta que el canto funcione bien con la gambra y la kawala de Túnez…»
Entre Bechar y Kingston, Maydoum Hal oscila entre el ambient dub que tiene cierto parecido con los experimentos de Jah Wobble, Czukay y Liebezeit en Full Circle y la música stambali (el gnawa tunecino del flautista Mohamed Ben Salha y del gambrista Mehdi Belhassen) … pero, sobre todo, parece volar sobre las dunas del Erg Occidental, en un viaje tan geográfico como memorial y emotivo.
The Bongo Hop extiende su territorio, al llevarnos desde un club angoleño de Lisboa hasta la tienda de su barrio en Cali, o las dunas del Erg occidental durante el Mouloud…Pero siempre por el lado de lo íntimo.
Después de este viaje por el desierto, ¿qué tal una vuelta por Cali? De la cotidianidad de su segunda patria, sacó la inspiración para proponerle a su cómplice, la cantora del Pacifico colombiano Nidia Gongora, cantarle a la calle y a la idiosincrasia de su ciudad.
El punto de partida era La ñapa, esta palabra de la jerga colombiana que simboliza el rebusque.
La maestra, aunque nominada a los prestigiosos grammys con su grupo Canalon de Timbiqui, no tuvo que buscar mucho para encontrar la inspiración. La filmación del video fue una ocasión para TBH de regresar a Cali después de una larga ausencia. ¡Un viaje lleno de obstáculos, que culminaron con la muerte de una persona en el set, al inicio de la grabación! Cuando dulzura, fuerza de vida, dificultades y muerte se rozan así, muchas veces es señal de que algo interesante está pasando… Así lo vivieron el compositor y su cantante.
Tempo Rei está marcado por el encuentro con el cantante angoleño Paulo Flores, al que muchos consideran como el sucesor de Bonga. Apasionado por este género, TBH nos cuenta «Yo ya les tenía cariño a temas de él como Coisas de Terra, con este estilo vintage de semba 90era con synths y programación, pero sabrosa, y un contenido lírico de primera. Lo contacté también, por su voz, muy cálida. Y ahí sucedió que saco canciones como Njila la dikanga, y Herois da fotografía, mientras trabajaba yo sobre mi canción. Y estos temas me impactaron mucho. Sus canciones quedaron como clásicos de la música angoleña, con letras de gran profundidad y sutileza poética y política, cargados de nostalgia».
Así fue como le compuso un track a su medida, con bajos de estos que salen de los coches que pasan en las calles de Luanda o Praia, y vientos poderosos, proponiéndole de contar su llegada a la capital portuguesa, sus primeros momentos de exilio entre esperanzas y nostalgia.
Y hay que ver el video que le mandó Paulo a TBH junto con las voces que grabaron él y su ingeniero, en pleno toque de queda. Los dos están escuchando un primer bounce de las voces con el instrumental, la canción comienza y Paulo voltea hacia la cámara «…en directo de Gotham City, hermano… (sacudiendo la mano) Uy, pero esta canción, sí que suena. ¡Gracias, mon ami!» las dos cabezas se mueven en ritmo, las copitas de cachaça van y vienen de una mano a la otra…Calor inmenso en pleno invierno, ya estamos nuevamente en otro lugar.
Concluyendo esta propuesta, un bonus track, con nadie menos que Nidia Gongora otra vez. Esta celebración de la cultura afro y champetera de Barranquilla, homenaje al recién fallecido guitarrista Abelardo Carbono, cierra habitualmente los conciertos de TBH en un final explosivo.
¡Esta vida celebra nuestro paso por esta tierra, y cobra todo su sentido cuando la cantante declaró, después del rodaje del video de La ñapa «¡A celebrar, que este año en octubre, yo también sentí la muerte, casi me mato en un accidente de tránsito, y me quedé sin mover durante semanas! Por eso, Esta vida es mi favorita», antes de soltar una sonrisa y reírse. ¡A azotar baldosa, se dijo!
¡EN VIVO!
Si bien sigue proponiendo su grupo en sexteto, lo ha aumentado para un octeto con un toque muy africano con el batero beninés Albert Gnanho (Cheick Tidiane Seck, Touré Kounda), el guitarrista franco tunecino Riad Klaï (¡Bigre!), el bajista camerunés Jean Tchoumi (Kady Diarra), los colombianos Mario Vargas (Percusión), y Luisa Caceres (sax), y el tecladista Vicente Fritis (Vaudou Game). En la voz, la panameña Yomira John y por supuesto Nidia Gongora, alternan para darle vida a este relato de sabores y colores tan diversos.
