Las Vegas, Estados Unidos. La artista dominicana Tokischa volvió a representar con fuerza a la República Dominicana durante la ceremonia de los Latin Grammy, donde estuvo nominada en la categoría Mejor Interpretación Urbana/Fusión por “Maravisha”, su colaboración con Nathy Peluso. La cantante compartió la terna con figuras como Bad Bunny, Jay Wheeler y Beéle, reafirmando su impacto dentro del género urbano contemporáneo.
Un look con narrativa: VETEMENTS firma su presencia en la alfombra
Para su llegada a la alfombra roja, Tokischa escogió un vestido blanco diseñado exclusivamente para ella por su amigo y aliado creativo, Guram Gvasalia, director creativo de VETEMENTS. La artista mantiene una relación cercana con la casa de moda, participando en desfiles anuales en París y protagonizando colaboraciones como la del video musical “Sol”.
La elección del diseño no fue fortuita: formó parte del lenguaje visual que Tokischa ha estado construyendo para representar la evolución de su próxima etapa artística.
Una nueva era: paz, ejecución y un álbum que está por revelarse
Durante sus entrevistas, Tokischa expresó atravesar una fase de serenidad, claridad y enfoque, dedicada a materializar su álbum debut, proyecto en el que ha trabajado durante los últimos dos años. Adelantó que esta producción está muy cerca de ver la luz, describiéndola como una obra profundamente conceptual.
En sus apariciones públicas, la cantante ha dejado señales sutiles mediante colores, texturas y estilos, elementos que conforman una narrativa estética que anticipa un proyecto cargado de simbolismo y madurez artística.
Un impacto que trasciende la música
La presencia de Tokischa en los Latin Grammy reafirma su posición como una figura influyente en la música global y en el universo de la moda. Su autenticidad, visión creativa y búsqueda constante de evolución consolidan una transición hacia una etapa más sólida, introspectiva y poderosa.
Mientras avanza hacia el lanzamiento de su primer álbum, la artista continúa posicionándose como una voz disruptiva y sensible dentro de la escena contemporánea, demostrando que su impacto no solo es musical: es cultural, estético y generacional.








